Xalapa.- El polémico escultor Bernardo Luis Artasanchez, quien realizó el monumento de Vicente Fox Quesada derribado hace dos años en Boca del Río, fue el encargado de elaborar la estatua en honor al niño Édgar Hernández Hernández, el presunto primer caso de influenza humana.
“Tuve la oportunidad de estar con el niño, fue una casualidad de la vida por haber estado jugando con el niño y si a este niño lo han entrevistado 70 gentes y aún tenía sus ojitos rojos, entonces merece una estatua, el niño es una estrella”, afirma el artista.
El escultor viajó hasta la comunidad de La Gloria en Perote para poder platicar con el llamado “niño cero” y escuchar el relato de su madre María del Carmen de cómo logró salvar a su vástago de la nueva enfermedad que atacó al mundo.
Por eso, al realizar el monumento, decidió inmortalizar al menor con una rana en la mano derecha, la cual simboliza una de las siete plagas de Egipto.
“La rana significa el virus que es un agente externo a su entorno como una de las siete plagas de Egipto, pero Édgar con esa inocencia y nobleza ya dominó eso que al principio era un mal y al final viene siendo un bien”, afirma.
Nacido en Puebla, pero auto proclamado veracruzano por adopción, el escultor asegura que si gracias a la estatua del niño cero la comunidad tendrá mejoras, entonces será el hombre más feliz.
“Es una comunidad que tiene muchas carencias y nunca bajo ninguna feria o grupo musical había tenido tanta gente y si por eso va mas gente a la gloria yo seré el hombre mas orgulloso de esta tierra.
Explicó que a diferencia de la estatua de Vicente Fox Quesada, la cual fue derribada en 2007 por un grupo de personas, en esta ocasión pudo elegir hacer la efigie del “niño cero”.
Y es que recordó que el monumento al ex presidente Vicente Fox formaba parte de un contrato con el ex presidente municipal de Boca del Río para realizar tres esculturas y dar una de regalo, que fue la de Fox.
“Nosotros tenemos la oportunidad siempre de proyectar imágenes y en el caso especifico de Vicente Fox ahí decidieron por mi, porque era un compromiso con el ex alcalde de Boca del Río que me pedía tres estatuas y yo donaba una”, explicó y agregó:
“Aquí yo tuve toda la libertad de escoger, regalar una obra y la libertad de escoger el motivo que fue el de Édgar que es algo positivo: un niño que se curó y que representa la unión de todos los mexicanos privilegiando la vida”, manifestó.
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